Soy hombre culto, con manos aptas para desestresar a otro Bogotá D.C.

Son los masajes manuales que se practican por tradición desde tiempos remotos hasta que aparecieron las máquinas sin lograr desplazarlos, porque la energía de las manos es insustituible, todavía utilizados en gimnasios y como terapias especializadas en varios campos de la medicina, cuyas técnicas tienen denominaciones como amasado, alisamiento, fricción o caricia y otras. Su origen data -de acuerdo con teóricos- de los baños públicos masculinos en las antiguas ciudades grecolatinas y desde más atrás en Oriente.

Su efectividad contra el estrés y otros síntomas es innegable, porque el cuerpo desde los primeros toques empieza a sentir gusto, tonificación, descanso, relajación nerviosa y placer. Se comienza por la cabeza y el rostro con una crema especial, luego se continúa con el cuello, hombros, brazos, pecho, vientre, miembros inferiores; por la espalda cuan espaciosa suele ser, repitiéndose las extremidades junto con el cuello y glúteos. Las manos se lubrican suavemente con aceites naturales de fragancias agradables, lograrse todo el efecto a cabalidad con un esmerado aseo personal por parte del asistido y el masajista que debe guardar una asepsia casi absoluta, para que se pueda llegar a cada parte, como los pies por ejemplo, o que ni siquiera puedan darse los olores desagradables expelidos naturalmente por los poros que pueden interrumpir el ritmo y la concentración, o el disfrutar del gusto propiciado por la energía de las manos que deben mover el metabolismo de cada músculo y cada órgano al que llegue la energía emitida por las manos entrenadas. Por leyes inquebrantables de la vida, no se puede brindar esta atención a personas con problemas de sarpullidos o erupciones o que padezcan enfermedades contagiosas que se reflejan en el semblante…

Espero comprensión en estos aspectos, para que se dé una relación tranquila, muy necesaria para lograr los efectos deseados y garantizados por mí, quien, debe demostrar sus calidades cuando usted se tienda a recibir este trato reconfortante y placentero, o cuando su cuerpo espontáneamente manifieste sus necesidades por dolores u otras razones de igual validez. Además, no se admiten celulares u otro artefacto de esta naturaleza por las radiaciones que emiten de alto poder de consecuencias inmediatas como el cancer, sobre todo en estos momentos de relajación profunda. Atento a escuchar su voz para lograr un acuerdo, o si estoy ocupado, insista un poco o espere, ya leeré su mensaje cuando pueda con su número, para comunicarme con todo gusto inmediatamente. Me despido amablemente, Javier Lozano 3123715773 Bogotá D.C.